Etimológicamente, la palabra «agorafobia» significa miedo a los espacios abiertos, pero en su sentido técnico también hace referencia al temor a los lugares pequeños o cerrados, y al miedo a hallarse en medio de una multitud. Se denomina «agorafobia», por ejemplo, el temor a pasear por una avenida, viajar en transporte, adentrarse en un centro comercial, una sala de cine, un estadio, permanecer en un espacio pequeño del que puede resultar complicado salir, una sala repleta de asistentes, etc. Es decir, «agorafobia» es el miedo que generan las características físicas de un determinado lugar. En la agorafobia, el espacio físico se convierte en una seria amenaza y el hecho de adentrarse en él predispone a sufrir una crisis de angustia, es decir, una reacción descontrolada de angustia que protagonizan los pensamientos y el sistema fisiológico.